Compartimos la carta abierta escrita por el ex sacerdote Raúl Sánchez, sobreviviente de la Escuelita de Famaillá, al genocida-prebístero José Mijalchyk, que está siendo actualmente juzgado en la Megacausa Arsenales-Jefatura.
Raúl Sánchez fue sacerdote de la Parroquia San Pablo (Lules, Tucumán) desde mediados de los sesentas hasta principios de los setentas, donde participó activamente en la lucha y organización popular. Cuando las permanentes amenazas le impidieron seguir con sus tareas como religioso comprometido con las causas del pueblo, renunció a los hábitos.
AL PBRO. JOSÉ MIJALCHYK:
Antes que nada te voy a ubicar, soy RAUL SANCHEZ,- (me recordas?...) ex sacerdote de la Parroquia San Pablo, ex "preso" en la "ESCUELITA DE FAMAILLÁ".
Te puede causar sorpresa recibir esta carta, por distintos motivos, o bien porque me dabas por muerto en la tortura, o porque me resultara indiferente que estés sometido a juicio con acusaciones TAN GRAVES. (Estas teniendo un juicio justo, con todos los derechos constitucionales).
Me llama la atención que no recuerdes nada. A lo mejor te sirvo de ayuda-memoria.
Muy pocos supieron que suerte había corrido después de nuestra detención. Eran tan graves las acusaciones que pesaban sobre mi esposa y yo, que los "informantes" estaban seguros que descabezaban la guerrilla.
Cuando llegamos a nuestra casa, aquel mediodía de abril, con nuestra hijita de 10 meses, nos recibió un despliegue del ejército y la policía federal, todos con armas largas.
Nuestro primer destino fue Ingenio Lules, es que la Flia. Nougués (muy católicos) habían cedido muy "gentilmente" una casona como cooperación al OPERATIVO INDEPENDENCIA. Luego trasladados a Famaillá, allí funcionaba el comando cuyo jefe era el Gral. Acdel Vilas, fui derivado a la tristemente célebre ESCUELITA DE FAMAILLÁ no si antes someterme a simulacros de fusilamiento. Ansiosamente esperaba el momento de poder declarar, esclarecer nuestra situación, como la de tantos que allí estábamos.
No te dije que apenas detenidos fuimos encapuchados y maniatados. En la ESCUELITA nos controlaban dos gendarmes que me conducían donde nos esperaban los llamados "INTERROGATORIOS"... los interrogadores-torturadores comenzaban con patadas, trompadas, burlas, pero no faltaba lo peor, la picana, "corriente eléctrica", esta rutina era diaria y a veces en más de una vez por día.
Durante 20 días no probé bocado, te impedían dormir, estabas de "plantón", parados. Te puedo asegurar que es muy duro, solamente un perverso puede disfrutar torturando y/o avalando la tortura.
Vos sabes o deberías saberlo que en cada grito de un torturado, los torturadores, si alguna vez tuvieron dignidad la van perdiendo hecha jirones hasta que quedan sometidos al escarnio de la Nación.
Sabes, mi hijita de 10 meses fue una prisionera más de aquella "guerra".
Todo era un infierno día y noche, llanto de niños, lamentes, quejidos, uno sabía que estaban torturando a otro.
En medio de aquel infierno de dolor, odio, cuando uno cree que todo está perdido, estas sumido en la más absoluta soledad, sentí un gesto humano. Alguien puso en mi mano una manzanita, era mi primer alimento después de varios días, pasado un tiempo se repitió el mismo gesto. Pero la tercera vez que aquel ÁNGEL me visitaba, fue el más conmovedor: hablándome al oído se disculpó, y me dijo: “esto es lo único que conseguí”, era una cáscara del zapallo de su sopa. Puedo asegurarte que jamás he olvidado el sabor de aquellas manzanitas y que ni el manjar más exquisito hará que olvide aquella cáscara de zapallo.
Con gestos tan sencillos el gendarme nos redimía de tanta barbarie. Pero no tan solo alimentó mi cuerpo, también se ocupó de mi espíritu, me dijo: "curita, tengo una abogada, Santa Catalina, todos los días rezo por ud.". Que no daría por encontrarme con aquel Gendarme, abrazarlo y decirle que jamás me olvidé de él, nunca vi su rostro, impedido por la capucha, pero lo distinguiría en una multitud. Estoy seguro que el SEÑOR lo ha recompensado.
Me atrevo a preguntarte; ¿¿¿¿¿¿¿¿¿LOS CAPELLANES QUE HACÍAN???????
Después de tantas atrocidades, regreso a nuestro punto de partida, cuando los dos no éramos más que unos niños, 12 años, compartíamos la misma vida, teníamos las mismas ilusiones, los ideales, los mismos sueños, recibimos el mismo EVANGELIO, y ansiábamos el día de convertirnos en Mensajeros del Amor, colaborar en la instalación del reino de la fraternidad, de la equidad, de la justicia, del AMOR donde todos, sabiéndonos hermanos sin diferencias de credos, ni de etnias podamos compartir... siempre.
También sabiendo, según el EVANGELIO, que esto mismo puede escandalizar a muchos y sobre todo despertar indignación, odios, en los SUMOS SACERDOTES
Cristo advirtió, los echarán de los templos y los entregarán a los tribunales, DICHOSOS LOS QUE LUCHAN POR LA JUSTICIA. SI A MÍ ME LO HICIERON, TAMBIÉN LO HARÁN CON UDS., NO ES EL DISCÍPULO MAYOR QUE EL MAESTRO. NO LES TENGAN MIEDO A LOS QUE MATAN EL CUERPO, (esto pensaba en la ESCUELITA DE FAMAILLÁ).
Tengo una fotografía del día de mi ordenación sacerdotal, 14/7/63, vos estás ahí entre los seminaristas, sin duda que todos estaríamos vibrando por lo mismo, y me pregunto ahora que somos viejos, ¿COMO ES QUE HEMOS SEGUIDO CAMINOS TAN DIFERENTES?
Evidentemente, el CAMINO DEL EVANGELIO, no es el mismo de la iglesia católica, que siempre, desde que la "inventó" Constantino, se mantiene aliada al poder y su historia manchada de sangre: las Cruzadas, la Inquisición, el genocidio en América Latina, como dice nuestro querido E, Galeano las venas de América Latina siguen abiertas, el franquismo, (todo muy católico).
Antes de terminar quiero decirte algo que me dolió más que la tortura. El mismo sacerdote que me recibió en el Seminario, cuando ingresé a los 12 años, el Pbro. Joaquín Cucala Boix me vio partir de la ESCUELITA DE FAMAILLÁ. Esta vez su función era otra, tranquilizar la conciencia del Gral. Vilas y todas sus tropas y "elevar sus oraciones" vaya a saber a qué dios para que sean más efectivos en la lucha contra los que éramos los enemigos del "estilo de vida occidental y cristiano", como le gustaba decir a Videla.
Quise hacerte llegar estas reflexiones, si para algo te sirven.........
De más está decirte que no me alegra tu situación. Me duele sí, que hayas dejado morir en tu corazón el Amor, la Compasión, la Ternura, ante el dolor de tus semejantes; sobre todo el de tantas Madres, tantos familiares, tantos amigos, que llorarán la ausencia de sus Hijos hasta el fin de sus días.
Finalmente, te preguntaste ¿Para qué sirvió tanto dolor, tantas lágrimas? ¿Han conseguido crear un mundo mejor, un mundo más fraternal, más justo? Me temo que no, muy por el contrario; mientras unos viven sumidos en el dolor buscando aunque más no sea los huesos de sus seres queridos para llevarles una flor, otros siguen reavivando el odio como los que te acompañan en los tribunales....
Para los que tenemos Fe en la PALABRA DEL SEÑOR, cada desaparecido es como LA SEMILLA DEL HOMBRE NUEVO, que ha quedado esparcida por los campos tucumanos.
Cada uno de ellos es como un puñadito de Sal o como la Levadura (son todas expresiones del Señor), son los elementos necesarios para establecer el Reino de Dios.
ALGÚN DÍA SERÁ; CRISTO VENCIÓ. NOSOTROS VENCEREMOS. ALGÚN DÍA SERÁ... LA JUSTICIA SERÁ REALIDAD.
Raúl Sánchez